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La reverb, técnica de mezcla

La reverb siempre ha sido una de las técnicas más utilizadas en la Producción musical, mezcla y mastering. Todo lo importante a la hora de hacer que un tema suene unificado y coherente, tiene que ver con la mezcla y cómo se haga. La reverb es un punto importante aquí y hay que tener en cuenta una serie de factores para aplicarla lo mejor posible. Os animamos a experimentar pero aquí os daremos algunos consejos para ir por el buen camino en la Producción musical.

Existen numerosas técnicas de mezcla y todas son utilizadas de una forma o de otra buscando crear la canción perfecta. Pero un buen tema se diferencia del resto por la profundidad y el espacio que se percibe en la mezcla y no todas lo consiguen con la mezcla. 

La reverb es una de estas herramientas que ayudan a crear más espacio en la mezcla, es decir, espacio entre nuestros instrumentos y al escucharlos no sintamos que están todos en el mismo plano. Los efectos como la reverb contribuyen a crear cohesión entre los elementos dejando un toque sutil de calidad y de buen sonido.

Como siempre, el proceso de producción y mezcla exige creatividad aunque las buenas técnicas siempre ayudan a seguir el buen camino en el proceso. Al aplicar reverb es conveniente entender que consiste en controlar cómo rebota nuestro sonido y se mueve por el espacio. Así, la percepción del sonido con una reverb determinado produce el espacio por el que se mueve. Controlando esta técnica podremos crear mezclas mejores.

Una de las mejores partes de aplicar el reverb es que cohesiona todos los sonidos de manera única. Si utilizamos un efecto de reverb general para aplicarlo a un conjunto de tracks, podremos situar varios elementos en el mismo espacio y así ir agrupando nuestra mezcla. Un ejemplo claro se da en la batería, unificando cada percusión en un mismo espacio le da mayor concordancia a la mezcla y a los elementos que la componen. Además, tendrás un extra de profundidad. La manera más sencilla es crear un nuevo canal en el DAW y configurar un reverb que se aplique a varios tracks que no tienen porque ser todos los de la mezcla. La clave está en saber qué unir y cuándo es mejor no utilizarla. Por ejemplo, en las frecuencias bajas la reverb hace que la mezcla sea más difusa y, por tanto, más sucia.

Una de las características de la reverb es la cola que provoca en el sonido y el tiempo durante el que se percibe el efecto. El decaimiento o “decay” determina la duración de la cola y la profundidad de la mezcla en ese espacio. Cada vez que controlamos el “decay” de una reverb estamos modificando sustancialmente cómo se percibe ese instrumento y podemos experimentar con ello. Normalmente los ritmos que se acentúan rápidamente van mejor con una reverb más corta y los ritmos que evolucionan más lentamente con reverbs más largas. Antes de la cola, la reverb deja unos primeros reflejos del sonido que en ciertos momentos son mejores que utilizar una cola muy larga.

Como hemos dicho, la reverb se utiliza para mejorar la cohesión de una mezcla y dar profundidad, por eso hay que saber hasta que punto es bueno aplicarla y en qué medida. Demasiada reverb suele resultar en mezclas muy poco enfocadas y sin sentido, lo que suele ocurrir al no aplicar un filtro de paso alto en las frecuencias altas. Es fundamental encontrar el punto exacto donde nuestra reverb va a tener efecto, por esos usamos los filtros “high-pass” para omitir los sonidos bajos.

Mezcla con sentido y utiliza la reverb teniendo claro el espacio musical de tu mezcla. Experimentando se puede llegar a comprender la cantidad de usos de la reverb y las posibilidades que nos da. Siempre hay que imaginarse la mezcla como un espacio donde se pueden situar los instrumentos físicamente, y la reverb es la que determinan donde están colocados en el espacio.